Si cuatro paredes son pocas, en fin de semana pasan a ser ocho. Desde que mi estado no me permite el desahogo de paseos, cenas, bares o discotecas mi única opción es cambiar mis 4 paredes por las 4 paredes de otros. Afortunadamente, sus cuatro paredes tienen además un jardín y una piscina donde remojar mis agobios.
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Gracias por entrar entre mis 4 paredes