
Confiar en las nuevas tecnologías es un acierto en muchos casos. Sin embargo, en otras ocasiones te sorprendes de la catadura moral de cierta gente al hacer uso de los mismos. Esto sucede cuando, como cualquier otro día, decides abrir tu mail y te encuentras con un mensaje que te deja absolutamente perplejo.
Estoy acostumbrada a cualquier tipo de spam relativo a productos milagros, préstamos o petición de claves bancarias. Sin embargo, mis compañeros de RRHH han logrado dejarme sin palabras.
Me han enviado por mail mi carta de despido, eso sí con fecha de una semana antes del envío del correo y solicitándome que la firme tal cual por que sino los plazos se les pasan.
Es decir, me despides estando embarazada, de baja por riesgo de aborto y encima me pides que firme como que la he recibido hace una semana. Supongo que mandar un burofax es demasiado caro. Obviamente ni he contestado.